Semana 23 de Embarazo

publicado en: Segundo Trimestre de Embarazo | 0

Datos destacados

Edad del Feto: 21 semanas

Tamaño del bebé: mide unos 20 cm. y pesa aproximadamente 450 g.

Tamaño de la madre: en esta 23 semana de embarazo la parte superior de su útero se encuentra aproximadamente a 3,75 cm por encima del ombligo o a unos 23 cm de la sínfisis púbica. Los cambios en su abdomen van progresando lentamente, pero, sin lugar a dudas, ahora tiene un aspecto redondeado. Debería haber ganado en total entre 5,5 y 6,8 kg.

Situación de desarrollo del bebé: su bebé sigue creciendo. Está empezando a engordar, pero todavía tiene la piel arrugada porque engordará mucho más. A estas alturas del embarazo, el lanugo se vuelve más oscuro en algunas ocasiones. El rostro y el cuerpo del bebé se parecen cada vez más a los de un recién nacido.

Cómo se encuentra la mamá

¿Ha notado un empeoramiento en sus cambios emocionales? ¿EN esta semana 23 de embarazo, sigue teniendo la lágrima fácil? ¿Se pregunta si alguna vez volverá a tener la sensación de que “controla” su vida emocional? No se preocupe. Estas emociones son muy frecuentes a estas alturas del embarazo. La mayoría de especialistas creen que están provocadas por los cambios hormonales que se producen a lo largo del embarazo.

Usted puede hacer muy poco para combatir los períodos de decaimiento. Si considera que su pareja y/u otras personas están sufriendo a causa de sus fluctuaciones emocionales, hable con ellos. Explíqueles que estas fluctuaciones son habituales durante el embarazo. Pídales que sean comprensivos. Después relájese e intente no darle demasiadas vueltas. Tener las emociones a flor de piel forma parte del hecho de estar embarazada.

Posibles molestias del embarazo: la Fibronectina Fetal

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A veces, algunas molestias propias del embarazo, como el dolor en la parte inferior del abdomen, el dolor sordo en la espalda, la presión pélvica, las contracciones uterinas asociadas o no a dolor, los espasmos y los cambios en el flujo vaginal se pueden confundir con un parto prematuro. Hasta hace poco no existía ningún método fiable para determinar si una mujer corría o no el riesgo de dar a luz a un bebé prematuro. Ahora disponemos de una prueba que permite evaluar ese riesgo.

La fibronectina fetal es una proteína que se encuentra en el saco amniótico y las membranas fetal es. De todos modos, después de la semana 22, esta proteína no suele estar presente hasta la semana 38.

Cuando se detecta la proteína mencionada en las secreciones vaginales y cervicales de una mujer embarazada más tarde de la semana 22, significa que existe un riesgo más elevado de parto prematuro. En caso de no encontrarse dicha proteína, las probabilidades de parto prematuro son bajas, y probablemente la mujer no dará a luz en las dos próximas semanas. La prueba se practica como si se tratara de una citología o frotis vaginal.

Estiramiento de los músculos abdominales

Conforme el bebé va creciendo, los músculos abdominales de la madre se van estirando y separando entre sí. Estos músculos están adheridos a la porción inferior de las costillas y bajan verticalmente hasta la pelvis. A veces se separan en la línea media durante el embarazo. Estos músculos se denominan músculos abdominales rectos; cuando se separan, esto recibe el nombre de diastasis recti. Usted notará más fácilmente la separación cuando se estire boca arriba y eleve la cabeza, tensando los abdominales. Verá una especie de protuberancia en el centro del abdomen. Hasta es posible que note los extremos de los músculos a ambos lados de la protuberancia. No se preocupe; esto no le hará ningún daño a usted ni al bebé.

Un consejo sobre la alimentación

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Algunas mujeres tienen antojos de determinados alimentos durante el embarazo. Esto se ha considerado durante mucho tiempo como un síntoma inespecífico de embarazo. Tener un antojo de determinado alimento puede ser bueno y malo. Si el alimento que se le antoja es nutritivo y saludable, tómelo con moderación. Pero no ingiera alimentos que no sean saludables: tenga cuidado con los alimentos ricos en grasas y azúcares o cargados de “calorías vacías”. Puede probarlos, pero no se exceda. Intente comerse una pieza de fruta o un trozo de queso, en vez de dejarse llevar por el antojo.

No acabamos de entender los motivos que subyacen al hecho de que las mujeres embarazadas tengan este tipo de antojos. Se cree que los cambios hormonales y emocionales que acompañan al embarazo contribuyen a esta situación.

En el polo opuesto a los antojos, se encuentran las aversiones alimentarias. Es posible que algunos alimentos que comía sin problemas antes de quedarse embarazada le sienten mal ahora. Es bastante habitual. De nuevo, se cree que los cambios hormonales están implicados en este proceso, por lo que puede repercutir sobre la reacción ante determinados alimentos.

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