Semana 32 de Embarazo

publicado en: Tercer Trimestre de Embarazo | 0

Datos destacados

Edad del Feto: 30 semanas

Tamaño del bebé: A estas alturas el pequeño rondará los 1,8 kg aproximadamente, su longitud de vértex a rabadilla será de unos 29 cm y su estatura total alcanzará muy previsiblemente los 42 cm.

Tamaño de la madre: la parte superior de su útero se sitúa a unos 12 cm por encima del ombligo, a unos 31 cm de la sínfisis púbica.

Visitas al médico durante su embarazo

Hasta la 32 semanas de embarazo, lo normal es que las visitas al médico tuvieran una regularidad mensual, siempre y cuando no hubieran surgido complicaciones de ningún tipo. Sin embargo, a partir de este momento la mayoría de los doctores aumentan la regularidad de las visitas cada dos semanas para controlar de una forma más detallada la evolución de su embarazo.

Es recomendable asistir a clases de preparación al parto para mejorar su seguridad ante el futuro alumbramiento y la capacidad de conocer y saber controlar todas las etapas que tendrán lugar durante el parto. La información es muy importante para reducir el estrés que la madre pueda tener el día que vaya a dar a luz, de ahí la necesidad de preguntar todas aquellas dudas sobre procedimientos que se lleva a cabo, recomendaciones, alimentación los días previos, etc.

Hemorragias postparto

Se encuentra en la semana 32, y es posible que ya esté informándose del proceso de dar a luz y sus posible complicaciones. Por ello, es importante que conozca las diferencias entre las pérdidas de sangre en el alumbramiento, algo muy habitual, y las hemorragias postparto.

Perder algo de sangre durante el alumbramiento es normal. Sin embargo, tener una fuerte hemorragia pos parto es distinto y debe estar muy controlada por los médicos para evitar males mayores. Por hemorragia posparto entendemos una pérdida de sangre que supere los 500 mililitros durante las siguientes 24 horas después del nacimiento. Los motivos de este tipo de hemorragias son diversos e incluyen que el útero no se haya contraído después del parto, o a las heridas y desgarros que hayan podido producirse en la vagina y/o en el cuello del útero durante el mismo.

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Otras causas posibles son las lesiones que se producen en el tracto genital llevado a cabo durante el parto, como por ejemplo las episiotomías sangrantes, o los desgarros y perforaciones del útero. Estas hemorragias puede deberse a que los vasos sanguíneos no se contraen como deberían después de dar a luz, normalmente porque el parto ha sido o muy rápido o demasiado lento, o a que haya una infección uterina, un útero distendido (muy común en mujeres que han tenido más de un bebé) o a los efectos de la oxitocina sintética que suele utilizarse para provocar contracciones o hacerlas más fuertes.

Las hemorragias importantes también pueden estar provocadas por la retención de tejido placentario.En estos casos, se expulsa la mayor parte de la placenta, pero parte de ella permanece en el interior del útero. La retención de tejido placentario puede provocar pérdidas de sangre inmediatamente después del parto o al cabo de varias semanas o, incluso, meses.

Los problemas de coagulación sanguínea también pueden provocar hemorragias. Éstos pueden estar relacionados con el embarazo o deberse a un problema médico congénito. Cualquier pérdida de sangre después del parto requiere cuidados constantes por parte del personal sanitario.

Consejo sobre alimentación: Complejo vitamínico prenatal

Muchas embarazadas tienen problemas de anemia por falta de hierro, de ahí la importancia de nutrirse con un complejo vitamínico que refuerce las defensas de la madre y el bienestar del bebé. Una mujer con anemia corre un gran riesgo de sufrir una hemorragia durante el parto y la necesidad de una transfusión. Por ese motivo, en el momento en que la analítica de sangre revele falta de hierro es muy recomendable complementar su alimentación con un buen complejo vitamínico prenatal.

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