Semana 21 de Embarazo

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Datos destacados

Edad del Feto: 19 semanas

Tamaño del bebé: su longitud es de aproximadamente 18 cm y pesa unos 300 gr.

Tamaño de la madre: a estas altura, en la 21 semana de embarazo, sus amigos, familiares y hasta los desconocidos notarán que está embarazada. Con los cambios que ha experimentado su figura y le costaría bastante disimular su estado. Notará el útero aproximadamente 1 cm por encima del ombligo, casi a 21 cm de la sínfisis púbica. Usted debería haber engordado entre 4,5 y 6,3 kg.

Situación de desarrollo del bebé: en la primera semana de la segunda mitad del embarazo, su bebé ya empieza a tener un tamaño considerable. Ahora pesa unos 300 g, Y su longitud de vértex a rabadilla es de aproximadamente 18 cm. Tiene más o menos el tamaño de un plátano grande. La tasa de crecimiento del bebé ha disminuido. De todos modos, seguirá creciendo y desarrollándose. Los distintos sistemas de órganos del bebé están madurando.

Escuchar el latido del corazón

En esta 21 semana de embarazo, incluso en semanas anteriores, es posible que utilizando un estetoscopio ya pueda oír el latido del corazón del bebé. Antes de que los médicos dispusieran de un equipo especial para escuchar el latido del corazón denominado detector Doppler cardiofetal y de la ecografía para verlo, el estetoscopio les ayudaba a escucharlo. Esto solía ocurrir después de que la madre notara las primeras patadas del bebé.

El sonido que usted oirá a través del estetoscopio es posible que difiera bastante del que está acostumbrada a oír en la consulta del médico. Será un sonido muy suave.

Si no ha utilizado nunca un estetoscopio, probablemente al principio le costará bastante oír el latido del corazón del bebé, pero, conforme éste vaya creciendo y el latido se vaya haciendo más fuerte, lo oirá mejor.

Si no consigue oír el latido del bebé utilizando un estetoscopio, no se preocupe. A los médicos que lo hacen habitualmente a veces les cuesta bastante oírlo. Si oye un sonido silbante (el latido del bebé), tendrá que distinguirlo con respecto a un sonido pulsante (su propio corazón). El corazón de un feto late muy deprisa, generalmente a 120-160 pulsaciones por minuto. El corazón de un adulto late mucho más despacio, de 60 a 80 pulsaciones por minuto. No tema pedirle ayuda al médico para que le ayude a distinguir entre ambos latidos.

Posibles infecciones de la vejiga

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Uno de los problemas más habituales durante el embarazo es que se orina frecuentemente, pero las infecciones del tracto urinario todavía pueden hacerle orinar más a menudo. Este tipo de infecciones es el más frecuente de los problemas que afectan a la vejiga o los riñones durante el embarazo. A medida que el útero aumenta de tamaño, se apoya directamente sobre la parte superior de la vejiga y los tubos que conectan los riñones con la vejiga, lo que bloquea el flujo de la orina. Este tipo de infecciones se conoce coloquial mente como infecciones de orina, y médica mente como infecciones de la vejiga y cistitis. Entre los síntomas de la cistitis (inflamación de la vejiga) cabe mencionar el dolor al orinar, sobre todo al final de la micción, la sensación de urgencia a la hora de orinar y la tendencia a orinar frecuentemente. Cuando la infección es grave, aparece sangre en la orina.

Es posible que su médico le practicara un análisis y un cultivo de orina en la primera visita prenatal, y que le vuelva a pedir muestras de orina para ver si hay infección en otros momentos del embarazo o cuando presente síntomas preocupantes, bien sea en la 21 semana de embarazo, la 15 o la 34.

Usted puede contribuir a evitar este tipo de infecciones vaciando la vejiga en cuanto tenga ganas de orinar. No espere mucho tiempo antes de ir al lavabo; podría provocarse una infección de orina. Beba abundante líquido; el zumo de arándanos puede protegerle de este tipo de infecciones. A algunas mujeres les va bien orinar después de mantener relaciones sexuales.

Si cree que puede haber contraído una infección de orina, consulte a su médico. No debería dejarla sin tratar. Algunos de los antibióticos que se utilizan para tratar este tipo de infecciones se pueden utilizar sin problemas durante el embarazo. Si una cistitis se deja sin tratar, el cuadro se puede complicar. Incluso, podría desembocar en una pielonefritis, una infección renal de carácter grave.

Las infecciones del tracto urinario pueden provocar partos prematuros o bajo peso natal. Si sospecha que tiene una infección de este tipo, hable con su médico. Si le diagnostican una cistitis, complete el tratamiento con los antibióticos que le prescriba el médico.

Pielonefritis

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La pielonefritis (un tipo de infección renal) es una de las posibles consecuencias de una cistitis mal curada. Este tipo de infecciones se da entre el 1 y el 2% de las mujeres embarazadas. El riñón derecho se afecta más frecuentemente que el izquierdo.

Los síntomas más frecuentes incluyen orinar frecuentemente, sensación de escozor durante la micción, sensación de que se tienen ganas de orinar seguida de no micción, fiebre alta, escalofríos y dolor de espalda. La pielonefritis a veces requiere hospitalización y administración de antibióticos por vía intravenosa.

Si usted tiene cistitis o pielonefritis recurrentes durante el embarazo, tal vez necesite tomar antibióticos durante todo el embarazo para evitar posibles reinfecciones.

Piedras renales

Otro problema que también afecta a los riñones y a la vejiga son las piedras renaies (o cálculos renales). Se dan en 1 de cada 1.500 embarazos. Provocan dolores intensos en la espalda y la parte inferior del abdomen, y a veces se asocian a hematuria (sangre en la orina)

Las piedras o cálculos renales generalmente se pueden tratar durante el embarazo con analgésicos y bebiendo mucha agua. De este modo, muchas veces es posible deshacer las piedras sin tener que acudir a la cirugía ni a la litotripsia (un procedimiento que utiliza ultrasonidos).

Un consejo sobre la alimentación

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El hierro es muy importante durante el embarazo. Usted necesita ingerir unos 30 mg diarios de hierro para satisfacer los requerimientos nutricionales del embarazo, debido al aumento del volumen de sangre. Durante el embarazo, el feto aprovecha las reservas de hierro de la madre para crear sus propias reservas de hierro durante los primeros meses de vida. Esto lo protege de posibles deficiencias en hierro en el caso de que la madre opte por la lactancia materna.

La mayoría de complejos vitamínicos prenatales contienen suficiente hierro para colmar los requerimientos nutricionales durante el embarazo. Si el médico le receta un suplemento adicional de hierro, tómese el comprimido junto con un vaso de zumo de naranja o pomelo para favorecer la absorción. Evite tomar leche, café o té junto con el suplemento de hierro o un alimento rico en hierro, ya que estos alimentos impiden que el cuerpo absorba todo el hierro que necesita.

Si se encuentra cansada, le cuesta mucho concentrarse, tiene dolores de cabeza, vértigos, indigestión o mareos, es posible que le falte hierro. Una forma muy sencilla de evaluar su nivel de hierro es examinar el interior de los párpados inferiores. Si usted está ingiriendo suficiente hierro, debería tenerlo de color rosa oscuro. También debería tener las uñas del mismo color.

Nuestro cuerpo solamente absorbe entre el 0 y el 15% del hierro que ingerimos. Es capaz de almacenarlo eficazmente, pero, para mantener esas reservas, tenemos que ingerir regularmente alimentos ricos en hierro. Entre los alimentos ricos en hierro se incluyen el pollo, la carne roja, las vísceras (hígado, corazón, riñones), la yema de huevo, la fruta deshidratada, las espinacas, la col y el tofu. Al combinar un alimento rico en vitamina e con otro rico en hierro, se favorece la absorción de este mineral. Una ensalada que contenga espinacas y gajos de naranja es un buen ejemplo.

Los complejos vitamínicos prenatales contienen unos 600 mg de hierro. Si usted lleva una dieta equilibrada y toma el complejo vitamínico prenatal cada día, lo más. probable es que no necesite tomar ningún suplemento de hierro. Si es algo que le preocupa, coménteselo a su médico.

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