3 Ejercicios para estimular la motricidad gruesa del bebé

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Llegada cierta edad, apenas unos pocos meses, es necesario estimular la motricidad gruesa del bebé. Por eso, desde tu blog amigo de Sermama, te vamos a proponer algunos ejercicios muy sencillos que ayudarán a que tu pequeño disfrute de un desarrollo muscular y cognitivo adecuado. Toma nota.

Los ejercicios para estimular la motricidad gruesa del bebé

Cada niño es un mundo, pero todos, pese a sus ritmos de desarrollo, necesitan estimular la motricidad gruesa que, posteriormente, según manejen mejor su cuerpo, pasará a la mejora de la motricidad fina.

Entre los cuidados que necesita el bebé, estos ejercicios forman parte importante. El niño empieza a tomar conciencia de su cuerpo y de su desarrollo neurológico y psicomotor.

Estas rutinas son simples y estimulan su destreza en piernas, brazos y manos, así como la coordinación mano-ojo.

Dada la motricidad gruesa, consistente en el movimiento de grupos de músculos en acciones globales de forma coordinada para que el bebé domine el equilibrio y pueda cambiar de posición, recomendamos estos ejercicios para los niños:

– Movimiento de cabeza: movimiento de cabeza de lado a lado para que, poco a poco, vaya controlando los músculos del cuello y pueda sostenerla sobre sus hombros.
– Uso de brazos: el bebé va usando los brazos durante sus primeros meses de vida para acercarse cosas a la boca, para cogerlas, etc. Aprovecharemos esta costumbre para que los movilice a diario.
– Giro de cuerpo: debe girar el cuerpo para pasar de estar boca arriba a estar boca abajo, por ejemplo. Así logra una mayor integración sensomotriz.

Estos 3 ejercicios para estimular la motricidad gruesa del bebé son importantes para todo bebé. Hay otros muchos, como perseguir objetos, atrapar pelotas, etc.

La importancia del gateo del bebé

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La importancia del gateo del bebé es capital. Por eso tenemos que considerar que este es un proceso natural en el desarrollo del niño, tanto a nivel músculo esquelético como neuronal. Por tanto, a continuación, desde tu blog amigo de Sermama, te ofrecemos información de importancia.

El gateo del bebé

Es un proceso fundamental, como sabemos, ya que activa toda la fuerza motora del niño, lo que complementa su desarrollo psicológico. Y es que es un acto de independencia, uno de los primeros del bebé, que poco a poco va reduciendo los involuntarios.

Los peques comienzan a controlar su tronco encefálico ante el cerebelo. Es decir, el bebé reconoce el lugar en el que habita. Así pues, comienza a explorar, a identificar las perspectivas de los espacios y, por supuesto, a reforzar su capacidad visual, ya que interactúa con las cosas, se mueve hacia ellas, etc.

El bebé se sentirá cada vez más seguro. Eso sí, antes, como padres o adultos responsables, estamos obligados a realizar un estudio cuidadoso de la zona para evitar que haya cables, conexiones eléctricas, objetos pequeños que se pueda llevar a la boca, bordes, etc.

Y así, el pequeño puede ir mejorando en diversas parcelas de su vida:

– Juego. Disfrutará de cuanto le llame la atención.
– Coordinación mano-ojo. Mejora la selección y agarre de objetos y juguetes junto al desplazamiento rítmico de piernas y brazos.
– Vista. El bebé mejora su sentido de la vista, lo que aumenta su divergencia y su convergencia visual. O sea, estimula al peque para que enfoque objetos tanto lejanos como cercanos.

La importancia del gateo del bebé es máxima. Por eso merece la pena cuidar esta fase en el crecimiento y desarrollo de los niños. Y, recuerda, para más información, no dudes en contactar con tu médico de cabecera o con un especialista.

Sueño del bebé: ¿Con la luz encendida o apagada?

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Por lo general, el sueño del bebé es mejor con la luz apagada. De hecho, le suele costar menos conciliar y disfrutar del descanso, sobre todo cuando es muy pequeño, cuando todavía no sufre los miedos que surgen a posteriori. Entonces, ¿es mejor realmente? Lo vemos en tu blog amigo de Sermama.

¿Es mejor la luz encendida o apagada para el sueño del bebé?

Lo dicho, aunque no es tan sencillo. La luz apagada para un bebé de pocos meses es algo lógico. Sin embargo, según se va haciendo mayor, esto puede cambiar. Y luego, además, tenemos que considerar a los papás, que pueden tropezarse si tienen que entrar al cuarto del peque por algún motivo.

Recordemos que es necesaria la oscuridad para que el pequeño genere la melatonina, la hormona del sueño (sucede igual a todas las edades en realidad). Sin embargo, si hay luz, dicha melatonina no se produce, lo que podría acarrear futuros trastornos.

Hay que considerar que, si bien muchos padres dejan una pequeña lamparita encendida en el cuarto del bebé, y que en principio no tendría que ser perjudicial, conviene que nos alejemos de temores infundados, pues es en completa oscuridad cuando el cuerpo descansa realmente bien.


El bebé suele preferir la oscuridad. Los problemas con la noche no aparecen hasta cierta edad más avanzada. Recordemos que el peque viene de un ambiente en el que todo estaba oscuro.

Tampoco el niño sabe si es de día o de noche, por lo que este problema está resuelto. Y a ello se suma la mejor liberación de la hormona del sueño.

Ahora bien, conviene tener una pequeña luz dorada en el cuarto que, aunque pueda estar apagada, se podrá encender rápidamente cuando el peque nos necesite.

Para un correcto y reparador sueño del bebé, ten en cuenta estos consejos para que tú y los tuyos estéis siempre bien cuidados.

La Fibromialgia en niños

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Aunque es un problema que se asocia a la edad adulta, desgraciadamente la fibromialgia en niños es más común de lo que parece, especialmente en las chicas que, según datos, pueden verse afectadas hasta en un 8,8% de la población mundial. Lo vemos en tu blog de confianza de Sermama.

Fibromialgia en niños

Recordemos que la enfermedad conocida como fibromialgia es una condición crónica que se caracteriza por un persistente dolor de los tejidos blandos, las articulaciones y la musculatura del cuerpo humano.

Dicho dolor es generalizado y afecta al 2,4% de la población de más de 20 años, poseyendo una prevalencia entre menores de edad que oscila entre el 8,8% en las niñas y el 3,9% en los niños.

Esta enfermedad provoca una condición crónica de dolor musculoesquelético continuado. Aunque es difuso, aparece en puntos clave del cuerpo, provocando que los pacientes sufran dolor de cabeza, fatiga o dificultad para dormir, entre otros problemas.

Esta afección se presenta en diversas formas en los niños:

– Nocioceptivo: se relaciona con el daño al tejido que se provoca por respuestas inflamatorias o por traumatismos físicos.
– Neoropático: se relaciona con el daño de nervios periféricos y centrales. Los estímulos se perciben con exceso de dolor respecto a la realidad, y también aparece malestar en interacciones que no deberían generarlo.
– Centralizado: en este caso encontramos la causa en los centros cerebrales del dolor, que aumentan y amplifican la respuesta a todo estímulo desagradable sin que exista daño nervioso o tisular exacto.

Entre los síntomas comunes, encontramos el ya citado dolor generalizado del cuerpo, sin que el niño pueda explicar de dónde procede.

Recordemos que, aunque parezca extraño, la fibromialgia infantil es un problema que existe y es muy real.